En ocasiones este estado puede manifestarse psicológicamente con preocupación constante, cansancio, irritabilidad, problemas para concentrarse y conciliar el sueño, incluso puede tener manifestaciones fÃsicas, tales como pulsaciones elevadas, sudoración, tensión muscular, temblores, mareos etc..
La terapia psicológica es la mejor forma de controlar y aliviar estos sÃntomas, produciendo incluso una mejorÃa considerable en otras áreas de vida, ya que la terapia contempla al individuo en forma integral .